En estos días, nuestra ciudad de Santander rememora anualmente una de las mayores catástrofes sufridas, el gran incendio ocurrido en la madrugada del 15 al 16 de febrero del año 1941. Este incendio junto con la explosión del vapor Cabo Machichaco (1893), han marcado inexorablemente la historia de esta fantástica ciudad.
Aun cuando en este caso los víctimas se limitaron a una persona, los daños materiales fueron cuantiosísimos, como consecuencia de la destrucción casi completa de la zona histórica de la ciudad, es decir casi la totalidad del casco antiguo. Desaparecieron fundamentalmente edificios de viviendas en gran parte ocupadas por clases populares. El incendio destruyó la mayor parte de la puebla medieval, el total fueron 37 calles de las más antiguas de la ciudad, lo que supuso la desaparición de 400 edificios mayoritariamente destinados a viviendas (2.000 aproximadamente) y comercio. Asimismo, algunos edificios públicos desaparecieron o se vieron afectados en mayor o menor grado. Este es el caso de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, la antigua Casa Consistorial, la iglesia de la Anunciación y el Palacio de Marqués de Villatorre. Un total de 72.211 bomberos participaron en la extinción del fuego durante quince días, que ocasionó alrededor de 10.000 damnificados y unas 7.000 personas en paro forzoso.
Esta profunda cicatriz en la memoria de la ciudad ha generado un importante esfuerzo y sensibilidad en esta temática. Fruto de esta inquietud surge el Santander Fire Research Center, Centro de referencia de la Universidad de Cantabria para la Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica de la Seguridad contra Incendios, que se enmarca dentro de las actuaciones del Proyecto Cantabria Campus Internacional al amparo de la Universidad de Cantabria, y en particular, en el ámbito de colaboración con el Excmo. Ayuntamiento de Santander.
Aun cuando en este caso los víctimas se limitaron a una persona, los daños materiales fueron cuantiosísimos, como consecuencia de la destrucción casi completa de la zona histórica de la ciudad, es decir casi la totalidad del casco antiguo. Desaparecieron fundamentalmente edificios de viviendas en gran parte ocupadas por clases populares. El incendio destruyó la mayor parte de la puebla medieval, el total fueron 37 calles de las más antiguas de la ciudad, lo que supuso la desaparición de 400 edificios mayoritariamente destinados a viviendas (2.000 aproximadamente) y comercio. Asimismo, algunos edificios públicos desaparecieron o se vieron afectados en mayor o menor grado. Este es el caso de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, la antigua Casa Consistorial, la iglesia de la Anunciación y el Palacio de Marqués de Villatorre. Un total de 72.211 bomberos participaron en la extinción del fuego durante quince días, que ocasionó alrededor de 10.000 damnificados y unas 7.000 personas en paro forzoso.
Esta profunda cicatriz en la memoria de la ciudad ha generado un importante esfuerzo y sensibilidad en esta temática. Fruto de esta inquietud surge el Santander Fire Research Center, Centro de referencia de la Universidad de Cantabria para la Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica de la Seguridad contra Incendios, que se enmarca dentro de las actuaciones del Proyecto Cantabria Campus Internacional al amparo de la Universidad de Cantabria, y en particular, en el ámbito de colaboración con el Excmo. Ayuntamiento de Santander.
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